17 de diciembre

Por la mañana la fiesta de la guardería de mi madre, estuvo divertida con todos los niños vestidos de navidad, todo muy gracioso, la hora de comer un aburrimiento para pudrirse, con una sonrisa falsa constante y una tal Antonio que lo único que hacía era pegarme (que agresivo), en esa comida yo creo que lo más interesante fue que me enteré de una solución para comerme uvas en fin de años sin ahogarme.
Ponte a encontrar la casa de Laura, con GPS vía teléfono móvil vaya imposibles después de una larga historia me planté en el británico con Antonio a que alguien nos recogiera y después varias caídas de coños nos recogen,  nos reciben y de repente empiezan a ocurrir cosas raras, para que ocurriera lo que querían que ocurriera pero delante de sus narices, que les encanta las cosas no oficiales.
Una guiri se nos viene a bajo, y encima con tendencia al suicidio, hay que resolver, al final quedó más o menos calmado y yo la guiri nos fuimos a nuestra casa después de acompañar a las dos maricuajos otras.
Y después por la noche pues la rutina.

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