18 de febrero
El sábado fue aún peor. No contenta con mi fiebre, a la gripe le dio por atacarme la garganta, con lo cual estaba medio afónica. A las doce y media, yo tirada en la cama, aparece Eduardo sin avisar ni nada, lo cual, para qué nos vamos a engañar, fue una grata sorpresa. Desayuné como pude y nos tiramos a ver pesadilla antes de Navidad mientras él de vez en cuando me cambiaba la toalla mojada que tenía en la frente intentando bajarme los casi cuarenta grados que tenía. Por la tarde nos fuimos al futón, la fiebre empezó a remitir e hicimos PSL (plan de siesta light) hasta muy entrada la noche, se quedó a dormir y empezamos a ver in time, aunque al final no pudo terminar de verla.
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