26 de febrero

¡Veintiséis! Bah, era un día como otro cualquiera...
Aquella mañana a las doce menos cuarto estaba Eduardo en mi casa, total que me enteré de que íbamos a hacer una comida con Cristina y su familia... qué ilusión me hacía. En fin, vinieron, comimos, estuvimos un rato jugando a la wii y después nos pusimos todos a jugar al Party (mi madre está enviciada). Estábamos en tablas y empezaba a hacer frío, así que nos pusimos a cenar. Al fin se fueron y nosotros nos pusimos a hacer tertulia pirata y al final mis padres también se fueron a dormir. Ambos estábamos espesos, y se denotó aún más cuando me puse a llorar como una idiota sin saber porqué. Terminamos diciendo que íbamos a dejar de hacer plan de siesta porque... en realidad no sé porqué, pero el caso es que terminamos haciendo plan de siesta hasta que me fui a dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario