23 de febrero

Un jueves de lo más conmovedor. Eduardo no vino a clase (por flojo xD) pese a haber un examen de lengua de lo más bonito esperándonos a primera hora. No hicimos prácticamente nada el resto del día, salvo intentar enterarnos de porqué la bipolar de mates había estado llorando (misión imposible). Volví a casa y por la tarde vino Edu. Lo cierto es que aún estábamos algo resentidos por lo del día anterior, pero nada que el río y unas cuantas lágrimas no puedan curar. No quería que se fuera, para nada, llamadme loca pero hay veces que me vuelvo la persona más posesiva del mundo y no puedo evitarlo, cosa que me aterra, y ése era uno de ellos. Pero en fin, se quedó a cenar y después le vinieron a recoger. Fin.

Además hacía un año que volvimos de Francia, estaba nostálgica.

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