5 de enero
Se levanta todo el mundo con la prisa de terminar los últimos detalles, mi hermana salta que te salta con la ilusión. Yo personalmente me encierro en mi cuarto y dejo casi acabados todos los regalos de mi familia. Por la tarde había quedado para ver la cabalgata total que mi padre me dice que si puedo invitar a la guiri. Pues que le vamos a hacer... la invité (maldita la hora en que lo hice). Le dije que salíamos de mi casa a las cinco y media total las seis menos veinte y la guiri en ''la Metromar'' a todo esto yo con todo el agobio acabando la carta de Juan con el bolso ya colgado y todo. Por fin reaparece la guiri, ahora tres horas para prepararse y cuando ya creo que está lista le pregunto si nos vamos y me dice Ah, ¿qué nos vamos?. Llegamos la guiri, mi hermano y yo al metro tarde pero no pasa nada porque Juan con el pavo de su guiri también va tarde. Por fin estamos dentro del metro, pero ahora mi guiri como es tan especial se deprime y se va a la otra punta del tren y la Charlotte detrás. Llega la parada y a pesar de chillarles no se bajan. Al final a base de llamar las recuperamos pero ahora no pueden salir y hasta el guardia se lleva mi ticket del metro. Por fin llegamos con toda la gente y a los cinco minutos ya están las guiris huyendo para llamar la atención pero ya pasé de ellas. Nos vamos a un lugar mágico para ver la cabalgata, después de un rato aparece la cabalgata, gritos, caramelos, señoras que se juegan la vida por un caramelo, felicidad. Cuando acabó todo nos quedamos un ratito juntos. Hicimos fotos, alguien pretendió una predicción de Juan, en fin lo típico. Luego volvimos a Mairena a cenar comimos en un bar riquísimo y las guiris como no querían salir un poquito de tiempo pues que salgan cinco minutos. Ya en casa preparamos toda la comida para los reyes y a dormir.
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