25 de enero

Cuando llego al colegio la gente ya ha estudiado sociales y leído el libro, yo francamente me siento perdida en la inmensidad. No tengo hechos los deberes y Juan se pregunta que hice el día anterior, pues nada, absolutamente nada. Realmente tengo miedo a que llegue la tarde por lo que tenga que estudiar, algo sobre lo que no tengo ni idea ¿por qué? pues a saber donde estuve yo cuando dieron ese tema. Después de comer me quedo un rato esperando a ver si pasa algo que impida mi estudio, pero como no aparece nada no me queda más remedio que comenzar mi tarea. Me leo lo de inglés, lo de español, lo de inglés... y así leo pero no estudio. De repente me llama Clara, hablando con ella me consigo aprender la segunda revolución industrial, cosa que no tiene mucho sentido porque aun no me se la primera. A todo esto mi hermana consigue persuadirme para que juegue con ella al Just Dance, le digo que solo un baile, pero no me lo creo ni yo. Mil bailes después vuelvo a mis ''obligaciones''. Intento aprenderme el maldito tema, algo se me va quedando pero vuelvo a bloquearme, así que hago una llamada que tendrá sus consecuencias, malas o buenas, a corto y largo plazo. Después de eso ya me voy al ordenador a escribir algo porque me salen las revoluciones por las orejas aunque no me sepa la mitad. Cenando me estudio ya los últimos detalles y parece ser que puedo poner en pie gran parte del tema. Cuando voy a acostarme la cabeza está a punto de explotarme pero todavía me espera el mayor de los suplicios (cógeme loca que me caigo muerta). Me tengo que leer el maldito caballero de la maldita armadura oxidada. Me lo leo dando cabezadas y de algo me entero. Ya son las doce y yo solo quiero dormir y soñar con los angelitos, así que me dispongo a ello. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario