20 de enero

¡Por fin viernes! hubiese sido mi primera frase al levantarme si no hubiese tenido 38 de fiebre y me doliese absolutamente todo. ''Desayuné'' con mi madre después de un leve mareillo. Pasé el día tirada en el sofá como una auténtica maruja, viendo todos los programas cutres del mundo y metiéndome pastillas por montones en contra de mi voluntad. Por la noche vino un amigo de mi hermano a dormir y al menos me reí algo con ellos viendo Hora de aventura. Me acosté con temblores y que Dios nos coja confesados para sobrevivir a la noche.  

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